Esta medida no solo eleva la presión diplomática, sino que también proporciona un marco legal para justificar acciones más contundentes, incluyendo el reciente despliegue militar en el Caribe. Según las autoridades estadounidenses, el 'Cartel de los Soles' es una organización compuesta por altos mandos militares y figuras del chavismo que utilizan la infraestructura del Estado venezolano para facilitar el tráfico de drogas, el contrabando de combustible y la minería ilegal. La designación como grupo terrorista internacional, anunciada en julio de 2025, responsabiliza de su liderazgo a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue explícita al afirmar: “El régimen de Nicolás Maduro no es el gobierno legítimo de Venezuela.
Es un cartel del narcotráfico”.
Esta narrativa es reforzada por la DEA, que acusa al gobierno venezolano de colaborar con grupos armados colombianos como las FARC y el ELN. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, también declaró al cartel como organización terrorista, alineándose con la postura de Washington. En contraste, el ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, ha calificado las acusaciones como un “invento” de Estados Unidos para manipular la opinión pública.
La designación como entidad terrorista permite a EE.
UU. aplicar sanciones más severas, bloquear activos y, según un decreto secreto revelado por The New York Times, autorizar al Pentágono a usar la fuerza militar contra estos grupos, sentando las bases para una posible escalada en el conflicto.