En medio de la creciente presión militar y económica, figuras políticas en Estados Unidos han comenzado a vaticinar un fin inminente para el gobierno de Nicolás Maduro. El senador republicano por Ohio, Bernie Moreno, de origen colombiano, aseguró que Maduro no permanecerá en el poder más allá de diciembre de este año, reflejando la confianza de algunos sectores en Washington en la efectividad de su estrategia. Durante su participación en un congreso empresarial en Cartagena, Colombia, Moreno afirmó: “No lo veo en el cargo más allá de finales de este año”. Justificó su predicción en la contundencia de las acciones estadounidenses, como la recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro, a quien calificó de “narcoterrorista”.
“Trataremos a los terroristas como EE.
UU. los ha tratado en el pasado”, advirtió.
Estas declaraciones no son aisladas.
El congresista Carlos Giménez también se pronunció en un tono similar, instando a Maduro a “largarse a Cuba antes que sea demasiado tarde”.
Estas predicciones, si bien forman parte del discurso político, revelan el objetivo final de la política de la administración Trump: un cambio de régimen en Venezuela en el corto plazo. Los comentarios de Moreno y otros funcionarios buscan no solo presionar al chavismo, sino también enviar un mensaje a la región y a los actores internos en Venezuela de que el apoyo de Washington a una transición es firme y que el tiempo para el actual gobierno se está agotando. Aunque el desenlace es incierto, estas afirmaciones elevan las expectativas y la tensión sobre el futuro político de Venezuela en los próximos meses.
En resumenLas declaraciones del senador Bernie Moreno, anticipando que Nicolás Maduro no terminará el año en el poder, reflejan la convicción de un sector influyente en Washington de que la estrategia de máxima presión logrará un cambio de régimen en Venezuela de manera inminente.