Recibir un gol a los 15 segundos no resultó una barrera insuperable; por el contrario, el equipo mostró “paciencia, actitud y ambición” para buscar el empate durante todo el partido.
Se intentó por todas las vías: juego elaborado, pelota quieta y ataques por las bandas, demostrando que la mentalidad competitiva no era negociable.
Sin embargo, el análisis también revela una deuda pendiente: la precisión. El equipo sufrió en la recuperación al perder el balón con demasiada rapidez y tuvo problemas para ser resolutivo en el último cuarto de cancha, fallando en pases y remates que parecían letales.
Como señala uno de los artículos, “de poco sirve ser ambiciosos si no se puede ser preciso”.
El otro punto que dejó un “halo de preocupación” fue el estado físico del equipo en el tramo final.
Varios jugadores terminaron con calambres y signos de agotamiento, una imagen que “no invita al optimismo”. El cuerpo técnico de Freddy Hurtado deberá revisar las cargas físicas, ya que los próximos rivales, como los asiáticos de Corea del Norte, no perdonarán esa debilidad.













