El partido tuvo un comienzo adverso para el combinado nacional, que recibió un gol de camerino a los 15 segundos por parte de Toni Langsteiner, producto de una desatención defensiva. Este golpe inicial obligó a Colombia a reajustar su planteamiento y a trabajar el triple para meterse en el partido. A pesar del desconcierto, el equipo fue ganando confianza con el paso de los minutos, emparejando las acciones y mostrando la ambición que lo caracterizó en el Sudamericano. En la segunda mitad, Alemania estuvo cerca de ampliar la ventaja con un remate que se estrelló en el palo, pero la reacción colombiana no tardó en llegar. Al minuto 57, Juan José Cataño capitalizó un rebote tras un saque largo del arquero y, con un potente remate de media distancia, decretó el empate definitivo. En los minutos finales, Alemania retomó el control y presionó con insistencia, pero la defensa y el arquero colombiano resistieron con solidez para mantener el resultado. El punto obtenido es considerado de gran valor, un “empate de oro”, dada la jerarquía del rival, lo que deja sensaciones positivas y un impulso anímico significativo para el resto del torneo.