Diversos análisis de la prensa y figuras del fútbol colombiano, como Alberto Gamero y Carlos Antonio Vélez, han coincidido en señalar a un grupo de jugadores con el potencial para dar el salto. El nombre que más resuena es el del delantero Néiser Villarreal, goleador del equipo, cuya capacidad de definición lo perfila como una alternativa para el ataque de la selección mayor. Junto a él, se destacan otros nombres que conforman una potencial "columna vertebral" para el futuro.

El lateral Juan Arizala fue elogiado por su proyección ofensiva y explosividad por la banda.

En la defensa, la solidez y versatilidad de Simón García, quien puede actuar como central y lateral, lo convierten en una pieza valiosa.

Asimismo, el atacante Óscar Perea demostró ser un jugador rápido y desequilibrante, ideal para el uno contra uno.

Otros jugadores mencionados como prospectos interesantes incluyen al arquero Jordan García, al central Yeimar Mosquera y al mediocampista creativo Jordan Barrera.

El proceso de Néstor Lorenzo ha enfatizado la necesidad de contar con alternativas jóvenes, y el rendimiento de estos futbolistas en una vitrina tan importante como el Mundial Sub-20 los posiciona como candidatos serios para ser considerados en futuras convocatorias, fortaleciendo la base de la selección nacional a largo plazo.