“Nadie tiene el puesto asegurado, así que lo que vayan haciendo en los clubes lo vemos semana a semana. Eso es lo que nos da la sensación de traerlos a competir acá”, declaró.

El técnico fue enfático al señalar que el Mundial no se puede preparar en los últimos 15 días y que se necesita un “nivel medio-alto de regularidad”. Hizo referencia a casos pasados de jugadores que “bajaron y no vinieron”, reforzando la idea de que el compromiso debe ser constante. Sus palabras sugieren que, aunque existe una base de jugadores consolidados como James Rodríguez y Luis Díaz, el resto de la nómina está sujeta a evaluación continua.

“No sirve jugar uno o dos partidos bien a siete meses del Mundial”, añadió, dejando claro que no se conformará con rendimientos pasajeros.

Esta postura busca mantener la competitividad interna y asegurar que solo los jugadores en mejor forma lleguen a la cita orbital, confirmando que su proceso de selección será riguroso hasta el final.