Joel Canchimbo, quien se había consolidado como una de las piezas más desequilibrantes del ataque colombiano, tuvo que abandonar el campo al minuto 38 por una lesión muscular.

Su salida fue un golpe duro, ya que, según los análisis, era “lo mejor que tenía Colombia en el primer tiempo”.

El jugador salió entre lágrimas, evidenciando la impotencia de no poder continuar en un partido tan importante.

Su reemplazo, Jhon Rentería, ingresó para intentar mantener el ritmo ofensivo. Sin embargo, Rentería se convertiría en el protagonista negativo más tarde.

Tras recibir una primera tarjeta amarilla al minuto 61, cometió una falta innecesaria sobre Dylan Gorosito al minuto 78, lo que le valió la segunda amonestación y la consecuente expulsión. Varios artículos calificaron la acción como una “expulsión infantil” y un “error grave” que dejó al equipo con diez hombres justo cuando más necesitaba presionar para buscar el empate, ya que el gol argentino había llegado minutos antes.

La inferioridad numérica desbarató cualquier intento de reacción organizada y obligó al equipo a enfocarse en la contención, sellando prácticamente la eliminación.

Estos dos imprevistos, sumados a la ausencia previa por sanción del goleador Néiser Villarreal, dejaron a Colombia sin sus principales armas y mermaron su capacidad de respuesta.