Los delanteros centro, Neyser Villarreal y Emilio Aristizábal, se fueron en blanco durante la primera fase, evidenciando problemas de decisión y precipitación de cara a la portería rival.

Esta sequía goleadora es una de las principales inquietudes del cuerpo técnico, al punto que el propio César Torres admitió: "lo único que me preocupa es que mis número 9 hagan goles, nada más". La falta de puntería es un aspecto crítico a mejorar de cara a las fases de eliminación directa, donde las oportunidades de gol suelen ser más escasas y cada error en la definición puede costar la eliminación del torneo. La asignatura pendiente para Colombia es, por tanto, reconciliar a sus atacantes con la red para que sus aspiraciones al título tengan un fundamento sólido.