A pesar de avanzar a octavos de final como líder de su grupo, la Selección Colombia Sub-20 ha generado preocupación por su baja efectividad goleadora en el Mundial de Chile. El equipo de César Torres solo anotó dos goles en tres partidos, una cifra que contrasta con el alto volumen de juego ofensivo generado y que, según los registros históricos, representa la peor marca del combinado nacional en una fase de grupos en los mundiales de la categoría. La 'Tricolor' ha demostrado virtudes como la intensidad y una defensa confiable que mantuvo el arco en cero en dos de los tres encuentros. Sin embargo, el principal dolor de cabeza radica en la definición. Con solo dos tantos, obra del extremo Óscar Perea y el mediocampista Kéner González, el equipo adolece de contundencia en los metros finales.
Los delanteros centro, Neyser Villarreal y Emilio Aristizábal, se fueron en blanco durante la primera fase, evidenciando problemas de decisión y precipitación de cara a la portería rival.
Esta sequía goleadora es una de las principales inquietudes del cuerpo técnico, al punto que el propio César Torres admitió: "lo único que me preocupa es que mis número 9 hagan goles, nada más". La falta de puntería es un aspecto crítico a mejorar de cara a las fases de eliminación directa, donde las oportunidades de gol suelen ser más escasas y cada error en la definición puede costar la eliminación del torneo. La asignatura pendiente para Colombia es, por tanto, reconciliar a sus atacantes con la red para que sus aspiraciones al título tengan un fundamento sólido.
En resumenLa Selección Colombia Sub-20 avanza en el Mundial con una defensa sólida pero una alarmante falta de gol. Con solo dos tantos en la fase de grupos, el equipo genera muchas ocasiones pero sufre de imprecisión en la definición, una debilidad que deberá corregir de cara a los duelos de eliminación directa.