Su ausencia ha llevado a muchos a pensar que su llamado anterior fue más un “contentillo” o un homenaje a su carrera que una apuesta real del cuerpo técnico.

Con 40 años, se argumenta que, a pesar de sus goles, no compite directamente con delanteros más jóvenes o en ligas más competitivas. En su lugar, reaparece Rafael Santos Borré, un jugador de la confianza de Lorenzo pero que no vive su mejor momento en Internacional de Brasil, donde no marca desde agosto. Su llamado se justifica más por su pasado y su rol en la “familia” de la Selección que por su actualidad goleadora. Lorenzo parece darle una última oportunidad para que se gane un cupo al Mundial 2026, valorando su sacrificio y conocimiento del grupo.

La polémica se centra en la comparación de méritos: mientras Dayro Moreno sumaba 25 goles en 2025 y era el máximo artillero de la Copa Sudamericana, Borré ha tenido un rendimiento irregular.

Sin embargo, a favor del barranquillero juegan su edad (30 años) y su experiencia en el proceso Lorenzo, donde cumple funciones tácticas adicionales.

La decisión subraya que para el técnico argentino, la integración y el conocimiento del grupo pesan tanto como la racha goleadora del momento.