Su actuación fue descrita como de “menos a más”, consolidándose como el “amo y señor del ataque”. Junto a él, destacó el creativo Jordan Barrera, quien, a pesar de un partido con altibajos, fue clave al recuperar el balón en la jugada del gol y proporcionar una asistencia impecable. En la mitad del campo, Kener González fue otra de las piezas sobresalientes, aportando equilibrio y un gran despliegue físico que lo consolidó como un “todoterreno”. La defensa también tuvo un rendimiento sólido, logrando mantener el arco en cero.
Los centrales Simón García y Yeimar Mosquera fueron fundamentales para desactivar las llegadas árabes, especialmente en el primer tiempo.
García fue elogiado por su solidez y liderazgo, mientras que Mosquera fue clave para frustrar dos ataques peligrosos.
El arquero Jordan García, aunque con algunas vacilaciones iniciales, respondió con solvencia cuando fue exigido.
Este rendimiento colectivo refleja que, más allá del brillo individual de Perea, la victoria se construyó sobre la base de un trabajo coordinado en todas las zonas del campo.