Cada entrenador dispondrá de dos oportunidades por partido para solicitar una revisión de una jugada polémica. La solicitud deberá realizarse de manera inmediata después de la acción, presentando una tarjeta verde al cuarto árbitro. El sistema introduce un componente estratégico clave: si la revisión solicitada resulta exitosa y la decisión arbitral inicial es corregida, el equipo que pidió la revisión conservará esa oportunidad para utilizarla más adelante en el partido.
Esta mecánica obliga a los técnicos a ser selectivos y precisos al momento de desafiar una jugada, ya que un uso incorrecto agotará sus oportunidades. La implementación del FVS busca reducir los tiempos de detención y las controversias asociadas al VAR, al tiempo que empodera a los equipos en la toma de decisiones críticas. El debut de esta tecnología en un escenario mundialista será observado de cerca por toda la comunidad del fútbol, ya que sus resultados podrían influir en una posible adopción en torneos de mayores en el futuro, cambiando drásticamente la dinámica del arbitraje.