Cuadrado, de 37 años, estableció dos metas claras para su futuro inmediato.

La primera es a nivel de clubes: ayudar al Pisa, un equipo recién ascendido, a consolidarse en la máxima categoría del fútbol italiano, una tarea que considera un “reto mayúsculo”. La directiva y la afición confían en su experiencia y liderazgo para lograr la permanencia. Su segundo objetivo es personal y está directamente ligado a la ‘Tricolor’.

Aunque no fue incluido en la lista para los partidos contra Bolivia y Venezuela, Cuadrado considera que todavía tiene mucho que aportar al equipo nacional. “Tengo dos objetivos: la salvación y la convocatoria al Mundial.

Tanto con el Pisa como con Colombia”, afirmó de manera contundente. El polivalente jugador cree que su recorrido internacional y sus características de juego pueden ser de gran valor para el equipo de cara a la Copa del Mundo. “Puedo ser útil con la experiencia y mis características”, sentenció, refiriéndose a su capacidad para jugar en diferentes posiciones y a su largo historial con la selección. Ahora, su futuro en el combinado nacional dependerá de su rendimiento en Italia, donde deberá demostrar su vigencia para convencer a Lorenzo de incluirlo en la lista final para el Mundial.