A pesar del difícil reto que representa visitar Barranquilla, en el seno del equipo del altiplano se respira un ambiente de confianza y determinación. El seleccionador Óscar Villegas ha conformado una nómina con una fuerte presencia de jugadores que militan en el exterior, con 14 legionarios de ligas de Europa, Asia y otras partes de América.
Entre las novedades destaca el regreso del mediocampista ofensivo Henry Vaca, del Oriente Petrolero, una figura importante que estuvo ausente en gran parte del proceso.
La selección boliviana, octava en la tabla con 17 puntos, sabe que sus posibilidades de llegar al Mundial son remotas pero matemáticamente posibles, lo que añade un componente de peligrosidad al enfrentamiento. El mediocampista Moisés Villarroel, uno de los convocados, reflejó el sentir del equipo al declarar que, aunque dependen de otros resultados, están enfocados en hacer su parte. Sobre el partido en el Metropolitano, fue contundente: “Ganarle a Colombia es difícil, pero no imposible”.
Esta mentalidad demuestra que Bolivia no llegará a Barranquilla a especular, sino a competir por los tres puntos que mantendrían viva su ilusión mundialista hasta la última jornada, cuando reciban a Brasil en la altura de El Alto.