Este hecho arroja una grave sombra sobre la seguridad y las posibles influencias criminales en el fútbol profesional colombiano.
Páez Cortés, quien también era abogado penalista, fue asesinado en septiembre de 2023 en Bogotá, justo después de salir de un partido de su equipo. Según el informe de inteligencia, el directivo habría tenido una supuesta participación en la antigua "Junta Directiva del Narcotráfico", donde presuntamente era responsable de "las operaciones y logística para el transporte de droga al interior del país". La investigación sobre su homicidio ha tomado un nuevo rumbo tras la declaración de un sicario y otros testigos, lo que ha llevado a la Fiscalía a explorar nuevas líneas de investigación. Una de ellas apunta a la "Oficina de San Andresito de la 38", una estructura criminal bogotana que, según el informe, ha estado asociada desde los años 2000 con el Clan del Golfo y con "narcoesmeralderos" de Boyacá. Estas conexiones sugieren que el asesinato de Páez no fue un hecho aislado, sino que podría estar relacionado con disputas y actividades de organizaciones criminales de alto nivel. La noticia ha causado conmoción, ya que pone de manifiesto la vulnerabilidad de los directivos del fútbol y la posible penetración de capitales y lógicas delictivas en el deporte, afectando incluso a clubes de la segunda división como Tigres F.C.











