Esta medida se debe a una deuda no saldada con su exdelantero argentino Gonzalo Lencina.
Para levantar el castigo, el club debe pagar lo adeudado.
La situación se agrava internamente, ya que la plantilla actual también ha denunciado retrasos en el pago de salarios. Esta falta de cumplimiento llevó a los jugadores a considerar no presentarse a los próximos partidos de la liga, como el encuentro contra Boyacá Chicó. Esta posibilidad de un cese de actividades pone al club en una situación de alto riesgo.
Los artículos advierten que estos problemas podrían llevar a que el Deportivo Pereira pierda su reconocimiento deportivo, lo que implicaría un descenso administrativo a la Primera B. Este escenario es comparado con el caso de Cúcuta Deportivo en 2020, que perdió su estatus profesional por razones similares.
La crisis financiera y administrativa, por lo tanto, amenaza con enviar al Pereira a la segunda división, marcando un duro golpe para la institución.