Según el analista, este sistema no fue creado para mejorar el nivel competitivo, sino para proteger a los equipos grandes que “mueven el torniquete” y sostienen el negocio del fútbol. Argumentó que la idea de que el descenso directo mejorará la calidad del juego es falsa.
Para Vélez, los problemas reales del FPC son otros y no se solucionan con cambios de formato.
En su análisis, la mejora del nivel pasa por contratar “menos viejos, menos caminadores, menos ‘figuras’ decadentes”. Además, señaló la necesidad de tener “mejores canchas, menos aventureros disfrazados de técnicos y a los árbitros no los maneje Machado”. Esta contundente crítica pone en duda la efectividad de las reformas propuestas por la Dimayor y los clubes grandes, sugiriendo que se están enfocando en los síntomas y no en las causas profundas de la crisis del fútbol colombiano. La postura de Vélez refleja el escepticismo de un sector de la opinión pública que ve las propuestas como una medida superficial que no aborda los problemas estructurales del deporte en el país.