En un esfuerzo por superar la fragmentación y consolidar una alternativa competitiva frente al petrismo, diversos líderes y precandidatos de la derecha y la centro-derecha han intensificado los llamados a la unidad. Las propuestas para definir un candidato único se multiplican, evidenciando tanto la urgencia de una coalición como las dificultades para concretarla debido a los egos y las disputas internas. Los sectores políticos de derecha y centro-derecha se enfrentan al desafío de unificarse detrás de un único candidato presidencial para 2026, una tarea complicada por la plétora de aspirantes y las divisiones internas de los partidos. Varias figuras de alto perfil han lanzado propuestas para depurar el campo.
Juan Carlos Pinzón sugirió un proceso en dos pasos: una encuesta nacional vinculante en enero, abierta solo a candidatos que superen un umbral del 3%, seguida de una 'Gran Consulta Popular' en marzo. Del mismo modo, Abelardo de la Espriella, reconociendo la urgencia, propuso una encuesta aún más temprana antes del 10 de diciembre, argumentando que sería un 'despropósito' dejar que la campaña de Iván Cepeda avance sin oposición durante meses. Estos llamados son secundados por figuras influyentes como el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien en su columna advirtió contra 'el espejismo de que todos pueden ganar', un sentimiento que alimenta la división.
Las reacciones han sido mixtas.
María Fernanda Cabal expresó su apoyo a la propuesta de De la Espriella, mostrando disposición a participar.
Sin embargo, Vicky Dávila pareció más vacilante.
Esto refleja las profundas rivalidades y la 'pugnacidad y desconfianza generalizada' que Vargas Lleras destacó.
Mientras tanto, partidos tradicionales como el Centro Democrático y el Partido Conservador navegan sus propios procesos internos, complicando aún más el camino hacia una gran coalición.
En resumenLíderes de la derecha y centro-derecha, como Juan Carlos Pinzón, Abelardo de la Espriella y Germán Vargas Lleras, piden urgentemente una candidatura única anti-Petro para 2026. A pesar de las diversas propuestas de mecanismos de selección, como encuestas y consultas, el esfuerzo se ve obstaculizado por un gran número de candidatos, rivalidades personales y conflictos internos de los partidos, lo que hace incierto el camino hacia una gran coalición.