Corcho, quien superó los 650.000 votos, felicitó a Iván Cepeda por su victoria y se comprometió a honrar el acuerdo de apoyar al ganador.

“Cuente con mi apoyo.

Honraré la palabra que suscribimos en el acuerdo presentado al país el 19 de julio”, afirmó. Sin embargo, su movimiento más significativo fue reclamar la cabeza de la lista al Senado, argumentando que un acuerdo interno del Pacto Histórico establecía que el segundo lugar en la consulta presidencial tendría ese derecho. Este anuncio generó una controversia, ya que previamente se había mencionado que dicho puesto podría ser para la senadora María José Pizarro, quien no participó en la consulta. La exministra reforzó su postura con un llamado a la democracia interna: “Nadie puede estar por encima de la decisión popular, el bolígrafo debe ser eliminado como mecanismo para definir candidaturas”. Esta situación, calificada por algunos medios como una “papa caliente”, obliga al Pacto Histórico a definir si respeta los acuerdos previos con figuras consolidadas como Pizarro o si cede ante el mandato popular expresado en las urnas a favor de Corcho, quien demostró un capital electoral significativo en su primera contienda.