La precandidatura de Daniel Quintero Calle se ha convertido en uno de los principales focos de tensión y debate dentro del Pacto Histórico, de cara a la consulta interna del 26 de octubre. El exalcalde de Medellín, quien enfrenta 43 imputaciones por presunta corrupción, ha sido calificado por figuras de la misma coalición, como Gustavo Bolívar, como un “imputado por corrupción” que no representa las luchas progresistas, generando una profunda división. A pesar de la resistencia interna, Quintero ha consolidado una campaña mediática de alto impacto, proponiendo una ruptura institucional radical, que incluye “resetear la política” con una Constituyente y “cerrar este Congreso corrupto”.
Su estrategia ha provocado roces directos con las otras campañas.
El gerente de su campaña, Esteban Restrepo, acusó a Iván Cepeda de “hacerse el güevón” mientras envía a “perros bravos” como Bolívar a atacar a sus contendores. Quintero también ha sido objeto de controversia por denunciar presuntos planes para atentar contra su vida en Neiva y Valledupar, lo que ha elevado el nivel de alerta en su equipo. Su aspiración es vista por algunos como una amenaza que podría fracturar el movimiento, al punto que Bolívar ha declarado que se lanzaría como candidato independiente en marzo si Quintero gana la consulta. A pesar de las críticas, Quintero asegura contar con el respaldo del presidente Petro, quien le habría pedido participar en la consulta, y se posiciona con el lema “Si es con Petro, es con Quintero”, buscando capitalizar la lealtad al actual gobierno para imponerse en una contienda que definirá el futuro del progresismo.
En resumenDaniel Quintero se ha posicionado como el precandidato más polémico del Pacto Histórico, generando divisiones por las graves acusaciones de corrupción que enfrenta. Su propuesta de una Constituyente y su estilo confrontacional lo enfrentan con sectores tradicionales de la izquierda, que amenazan con fracturar la coalición si resulta ganador en la consulta del 26 de octubre.