La contienda entre los precandidatos Iván Cepeda, Carolina Corcho y Daniel Quintero evidencia profundas tensiones ideológicas y estratégicas dentro del movimiento.

El proceso, que estuvo a punto de ser cancelado por el Comité Político del Pacto, fue reactivado por intervención directa del presidente Petro, quien habló de “traición” y exigió que la candidatura se definiera en las urnas. Esta decisión provocó la renuncia de figuras de peso como Gustavo Bolívar, Susana Muhamad y María José Pizarro a sus aspiraciones, quienes cerraron filas en torno a la candidatura de Iván Cepeda, consolidándolo como el referente de unidad para una parte significativa de la coalición.

Daniel Quintero, por su parte, se posiciona como un fenómeno electoral con gran capacidad mediática, pero su participación es resistida por sectores que lo consideran un “imputado por corrupción” y ajeno a las luchas progresistas.

Gustavo Bolívar ha sido enfático en su rechazo, afirmando que Quintero “no representa las ideas progresistas” y amenazando con lanzarse de manera independiente en marzo si el exalcalde de Medellín gana la consulta. Carolina Corcho se mantiene como una tercera opción con una base ideológica sólida, buscando capitalizar su rol en el debate de la reforma a la salud. La Registraduría confirmó que para esta consulta se inscribieron un total de 520 precandidatos, incluyendo aspirantes al Congreso, lo que demuestra la magnitud del proceso. El resultado no solo definirá al candidato que competirá en el Frente Amplio de marzo, sino que también medirá la fuerza real del petrismo y sus aliados, poniendo a prueba si el Pacto logrará consolidarse como un partido programático o cederá ante las maquinarias electorales.