Durante un Consejo de Ministros televisado, el mandatario ordenó el fin del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Israel y la modificación del acuerdo vigente con Estados Unidos, argumentando que “el comercio no está por encima de la vida”. En una de sus intervenciones más contundentes, Petro anunció su decisión de alejar a Colombia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuestionando la lógica militarista de la alianza. “Nosotros no pertenecemos a la OTAN. Señora canciller, por favor, nosotros no somos del Atlántico Norte”, sentenció, y agregó: “Si un gobierno de Atlántico Norte decide ser aliado de los crímenes contra la humanidad, ¿qué hacemos ahí?”.

El presidente enfatizó que la nueva prioridad geopolítica será la integración regional con América Latina y el Caribe, declarando: “Nuestra alianza es América Latina y el Caribe, esa es nuestra alianza”.

Además, anunció una depuración del cuerpo diplomático, ordenando la salida de embajadores que describió como parte de una “diplomacia feudal” y de funcionarios en la embajada en China que, según él, sabotean las relaciones con ese país. También planteó suspender el envío de delegados de inteligencia a Estados Unidos.

Estas medidas se enmarcan en una visión que busca una política no alineada y crítica del poder hegemónico, centrada en los intereses regionales.