La precandidata presidencial y exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha intensificado su campaña de recolección de firmas con una gira por el país, en la que ha endurecido su discurso contra el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe. Durante su visita a Neiva, López aseguró que quiere gobernar para “arreglar el desperdicio histórico” que, en su opinión, ha sido el gobierno actual, y sacar a Colombia del “saboteo entre el petrismo y el uribismo”. López, quien busca un millón de firmas para avalar su candidatura independiente, se desmarcó del gobierno actual, a pesar de haber votado por Petro en segunda vuelta. “Nunca he sido de Petro. Petro ha sido mi oposición.
Lo fue en Bogotá, siempre”, afirmó en una entrevista, lamentando que se haya “desperdiciado de la manera más miserable” la oportunidad de cambio que representaba. Su propuesta se centra en tres acuerdos nacionales: uno social para combatir la pobreza, uno por la seguridad para enfrentar al crimen organizado y otro de desarrollo regional sin corrupción. En materia de seguridad, reconoció la contribución de Uribe en 2002 y propuso revivir una contribución de los grandes empresarios para financiar a la fuerza pública. Su campaña se posiciona como una opción de centro, crítica tanto del gobierno como de la oposición tradicional, buscando capitalizar el descontento con la polarización.
En resumenClaudia López está construyendo su candidatura presidencial desde una posición de centro-izquierda crítica, distanciándose de Gustavo Petro y proponiendo superar la polarización con el uribismo. Su estrategia de recolección de firmas y su discurso enfocado en la gestión y la seguridad buscan atraer a un electorado cansado de los extremos políticos.