El ministro del Interior, Armando Benedetti, se ha posicionado como una figura influyente y controversial en la antesala de las elecciones de 2026, con declaraciones que revelan tensiones dentro del gobierno y delinean posibles alianzas. En una reciente entrevista, Benedetti calificó al gabinete ministerial de "flojo", una debilidad que, según él, el propio presidente Petro reconoce, y se describió a sí mismo como uno de los principales defensores del proyecto político. En cuanto a la carrera presidencial, Benedetti ha mostrado un claro favoritismo por Daniel Quintero y Roy Barreras, a quienes considera "los mejores candidatos" por su experiencia, y también ha señalado que el senador Iván Cepeda es uno de los "favoritos del presidente Petro".
Estas afirmaciones han generado malestar en otros sectores del Pacto Histórico, especialmente en el precandidato Gustavo Bolívar.
Además de su rol como articulador y opinador, Benedetti ha manifestado su interés personal en la política local, afirmando: "A mí me gustaría ser alcalde de Barranquilla", una declaración que desafía directamente la hegemonía de la casa Char en el Atlántico. Su influencia también se extiende a decisiones judiciales, como su reciente nombramiento de ministro de Justicia ad hoc para el caso del expresidente Álvaro Uribe, lo que lo sitúa en un rol clave en un proceso de alta sensibilidad nacional.
En resumenArmando Benedetti se consolida como un actor clave en el ajedrez político de 2026, influyendo en la contienda presidencial con sus opiniones sobre los candidatos del petrismo y generando nuevas tensiones. Su posible aspiración a la alcaldía de Barranquilla y su rol en el caso Uribe demuestran su poder y capacidad de agitar el debate nacional.