Sus desacuerdos, centrados en cuestionamientos éticos y estratégicos, evidencian una profunda división que amenaza la unidad de la coalición de gobierno de cara a las elecciones de 2026. El conflicto se intensificó a raíz de los procesos judiciales que enfrenta Quintero por presunta corrupción durante su alcaldía en Medellín, conocidos como el caso "Aguas Vivas". Bolívar ha sido enfático en su postura, afirmando que no puede respaldar a un candidato con señalamientos de esta índole, comparando la situación con la que enfrentó Rodolfo Hernández en 2022. "Prefiero perder 1.000 elecciones a perder mi coherencia", declaró Bolívar, advirtiendo que podría retirarse de la consulta si Quintero participa, ya que de ganar, se vería en la "obligación de apoyarlo". Esta postura ha sido respaldada por otras figuras del Pacto, como la exministra Susana Muhamad, quien impugnó la aprobación ética de la candidatura de Quintero. Por su parte, el exalcalde de Medellín ha respondido con llamados a la unidad, acusando a Bolívar de "sectarismo" y de intentar sabotear la consulta. "Mi pelea es contra las mafias corruptas, no contra Bolívar ni ninguno de mis compañeros", ha manifestado Quintero, invitando a su contendor a "tomarse un café".
La disputa se agrava con el respaldo que figuras como el ministro Armando Benedetti han mostrado hacia Quintero y Roy Barreras, a quienes considera "los mejores candidatos", lo que ha sido interpretado por Bolívar como una señal preocupante desde el Palacio de Nariño.