Este choque evidencia una fractura dentro del progresismo en la carrera por definir el sucesor del proyecto político del presidente Petro.
La tensión escaló después de que la campaña de Quintero difundiera rumores sobre una supuesta renuncia de Bolívar a la consulta interna, lo que el exsenador calificó como un “relato tramposo que siembran para captar a nuestros líderes”. El enfrentamiento más reciente fue provocado por una valla publicitaria publicada por Quintero, en la que se burlaba del precandidato Abelardo de la Espriella con una imagen alterada. Bolívar condenó la pieza gráfica, afirmando que “esta persona no representa los valores progresistas de tolerancia y respeto por la diversidad sexual” y criticó sus “alianzas con la política tradicional y su odio hacia quienes piensan diferente”. Bolívar ha calificado repetidamente a Quintero de “oportunista” y ha cuestionado sus cambios de bando político, así como las imputaciones por corrupción que enfrenta. Por su parte, Quintero ha insistido en que busca ampliar la base electoral del progresismo y ha contraatacado incorporando a su equipo a Maritza Gutiérrez, una exasesora cercana a Bolívar, en un claro movimiento para mostrar fuerza en esta disputa interna.