La reforma pensional, una de las iniciativas legislativas más importantes del gobierno Petro, enfrenta un momento decisivo en la Corte Constitucional en medio de una fuerte controversia sobre la legalidad de su trámite en el Congreso. Mientras la Procuraduría y el gobierno defienden su validez, la oposición insiste en que hubo vicios de procedimiento insubsanables, dejando el futuro de la ley en manos del alto tribunal. La polémica se centra en la aprobación de la reforma en la Cámara de Representantes, donde se alega que el anuncio de la votación final se realizó sin el quórum decisorio requerido. Para subsanar este posible vicio, la Cámara aprobó en sesiones extraordinarias las actas de dichas sesiones y las remitió a la Corte. El presidente de la Cámara, Julián López, calificó la entrega de los documentos como “la esperanza del pueblo”.
El procurador general, Gregorio Eljach, respaldó el proceso, afirmando: “Yo defiendo que esa ley se tramitó bien”, y argumentó que las actas no son un requisito constitutivo del trámite legislativo. Sin embargo, congresistas de oposición como Katherine Miranda y Juan Espinal han denunciado que persiste un vicio insubsanable e incluso han advertido sobre un posible delito de “falsedad en documento público”, ya que el acta clave habría sido aprobada sin las mayorías necesarias.
Ahora, el magistrado ponente Jorge Enrique Ibáñez, criticado por el presidente Petro y el ministro Armando Benedetti, deberá analizar las pruebas para determinar si se corrigieron los vicios o si la ley debe ser declarada inexequible.
En resumenLa batalla por la reforma pensional se ha trasladado del Congreso a la Corte Constitucional, donde se definirá si el procedimiento de aprobación fue válido. La decisión del alto tribunal no solo determinará el futuro del sistema pensional colombiano, sino que también sentará un precedente sobre los límites del trámite legislativo y el control judicial.