El presidente Gustavo Petro ha posicionado la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente como una bandera electoral clave para su proyecto político de cara a las elecciones de 2026. Ante los obstáculos que sus reformas han encontrado en el Congreso, el mandatario ha insistido en que un proceso constituyente es necesario para realizar las transformaciones estructurales que el país requiere, convirtiendo la propuesta en un eje central del debate político. En un reciente mensaje en sus redes sociales, Petro fue explícito sobre su estrategia: “Vamos por el poder constituyente en el año 2026”.
Aunque ha descartado buscar su propia reelección, ha afirmado que el objetivo es la “reelección de un proyecto político del cambio”. Para ello, ha llamado a conformar listas al Congreso que sean “proconstituyente” y que puedan materializar la voluntad popular.
Esta estrategia busca movilizar a sus bases y enmarcar la próxima contienda electoral como un plebiscito sobre la necesidad de reformar la Constitución de 1991. La propuesta ya ha encontrado eco entre sus aliados. La precandidata presidencial Clara López Obregón le envió una carta al presidente proponiendo que la Constituyente se utilice para crear la “Primera Nación de la Democracia Directa”, un modelo que funcionaría a través de una plataforma de inteligencia artificial para garantizar la participación ciudadana. Esta y otras reacciones demuestran que la Constituyente, más que una herramienta jurídica, se está configurando como el principal argumento de campaña del petrismo para el próximo ciclo electoral.
En resumenAl revivir la propuesta de una Asamblea Constituyente, el presidente Petro establece el marco de la campaña para 2026, buscando movilizar a sus seguidores en torno a una reforma constitucional. Esta estrategia, que ya es adoptada por sus precandidatos aliados, convierte las próximas elecciones legislativas y presidenciales en un referendo sobre la continuidad y profundización de su proyecto de cambio.