Esta acusación provocó una respuesta contundente de la senadora y también precandidata Gloria Flórez, quien le exigió pruebas y lo acusó de no saber “dónde está parado”. Flórez criticó a Bolívar por generar división, recordándole que él fue “escogido a dedo” en la lista al Senado y que su actitud le entrega “en bandeja de plata al pueblo colombiano a la ultraderecha”. Por su parte, la senadora María José Pizarro, otra de las aspirantes, intentó calmar los ánimos al sostener que la elección de Camargo se dio “en democracia” y descartó que hubiera traiciones. El presidente Petro, por su lado, responsabilizó a los partidos Liberal, La U y Verde, lo que derivó en la solicitud de renuncia de sus cuotas ministeriales. Este episodio se suma a otras tensiones, como el debate sobre la inclusión de Daniel Quintero en la contienda, y refleja un panorama de fragmentación que amenaza la unidad del proyecto político que busca suceder al actual gobierno.