Sin embargo, la propuesta fue recibida con una ola de críticas. La concejal de Bogotá Heidy Sánchez-Barreto la calificó de reforzar estereotipos de género. Desde Medellín, la secretaria de la Mujer, Valeria Molina, la tildó de “engaño”, recordando que Quintero prometió entregar más de seis mil lavadoras durante su alcaldía y no cumplió, declarando el proyecto inviable jurídicamente. A pesar de los cuestionamientos sobre su viabilidad y enfoque, el equipo de campaña de Quintero defiende la medida como un primer paso para superar las brechas de género. La controversia sobre las lavadoras se suma a las investigaciones que rodean al exalcalde y a su círculo cercano, incluyendo presuntas irregularidades en contratos durante su administración y la influencia de su hermano, Miguel Quintero.