El mandatario contrastó esta acción letal con la práctica de Colombia, afirmando: “Llevamos décadas capturando civiles que transportan drogas sin matarlos”.

Además, argumentó que quienes transportan los estupefacientes no son los grandes capos, sino “los jóvenes muy pobres del Caribe y el Pacífico”.

La canciller Rosa Villavicencio complementó la posición del gobierno al calificar el despliegue naval estadounidense en la zona como “desproporcionado”. La postura del presidente generó un fuerte debate, evidenciando las tensiones geopolíticas en la región y el enfoque diferenciado de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico, priorizando la acción contra los grandes capitales sobre los eslabones más débiles de la cadena.