Una afirmación del presidente Gustavo Petro durante una alocución televisada, en la que aseguró que “el pobre no usa casi gasolina” para justificar el aumento de impuestos a los combustibles, desató una intensa polémica nacional. La frase se convirtió en el epicentro de las críticas a la nueva reforma tributaria, siendo interpretada por diversos sectores como una muestra de desconexión con la realidad económica de millones de colombianos. El mandatario argumentó que el gravamen a la gasolina está dirigido a los sectores de mayores ingresos, quienes, según él, son los principales consumidores y dueños de “carros de cuatro puertas”.
Con esta lógica, defendió la medida como progresiva.
Sin embargo, la declaración fue refutada de inmediato por economistas, gremios, periodistas y figuras de la oposición.
Críticos como el padre Alberto Linero señalaron irónicamente que “el taxi en el que venía tiene 4 puertas y es un zapatico”, mientras que analistas advirtieron que un alza en los combustibles genera un efecto dominó que encarece el transporte de carga, los alimentos y otros bienes de la canasta básica, afectando directamente a los más vulnerables. Se destacó que gran parte del consumo de gasolina proviene de trabajadores informales, pequeños transportistas y campesinos que utilizan motocicletas y vehículos básicos para sus labores diarias. A pesar de la controversia, Petro mantuvo su postura, advirtiendo que si el Congreso no aprueba la reforma, la única alternativa para cubrir el déficit fiscal sería aumentar aún más el precio de la gasolina.
En resumenLa controvertida declaración del presidente Petro sobre el consumo de gasolina se convirtió en un símbolo del rechazo a la reforma tributaria, al evidenciar una percepción de desconexión del Gobierno con el impacto real que el alza de combustibles tiene sobre las clases populares y la economía en general.