Durante un discurso en Bucaramanga, el mandatario afirmó: “Ya por mí no podrán votar, quizá nunca más o quizás algún día, uno nunca sabe.

Dependerá del pueblo”.

Esta declaración, que el propio presidente compartió en su cuenta de X, fue interpretada por diversos sectores políticos y de opinión como un “globo de ensayo” para medir la reacción pública ante una eventual reforma constitucional que permita su reelección. Aunque posteriormente intentó matizar sus palabras asegurando que no le interesa “el poder ni perpetuarse”, la ambigüedad de su mensaje inicial ya había encendido las alarmas en la oposición. La discusión sobre una posible reelección de Petro se enmarca en un contexto de alta tensión política, especialmente en lo que respecta al equilibrio de poderes. Figuras de la oposición, como Germán Vargas Lleras, han advertido que la elección de un nuevo magistrado afín al Gobierno en la Corte Constitucional podría abrir la puerta a reformas de este tipo. La Corte Constitucional es el órgano encargado de revisar la constitucionalidad de los decretos presidenciales y eventuales reformas a la Carta Magna, por lo que su composición es vista como un factor crítico para el futuro político del país. La frase del presidente ha añadido un nuevo elemento de incertidumbre a la carrera presidencial de 2026, alimentando el debate sobre sus intenciones a largo plazo y las posibles modificaciones al marco institucional colombiano.