En una línea similar, Enrique Peñalosa abogó por terminar la “paz total” por su “efecto paralizante” sobre las Fuerzas Armadas.

María Fernanda Cabal recordó el modelo de seguridad del gobierno de Álvaro Uribe como un ejemplo de que “sí se puede recuperar un Estado fallido” y denunció la expansión de cultivos ilícitos.

Juan Daniel Oviedo propuso una “seguridad con propósito” que combine fuerza e inteligencia para recuperar el control territorial.

Por su parte, Claudia López planteó una reforma radical: eliminar los delitos de rebelión y sedición para que no haya justificación a la violencia contra la democracia y crear una fiscalía antimafia. Roy Barreras, aunque reconoció la necesidad de proteger la vida, adoptó un tono más conciliador, pidiendo una reforma al sistema de salud con consenso antes de abordar otros temas.