Petro declaró en una entrevista con Al Jazeera: "Yo tendré el placer de volver a Nueva York, así no quiera recibirme por allá el gobierno federal".
Esta afirmación desafiante pone sobre la mesa un complejo escenario.
Según un análisis, para que el viaje sea posible, se requeriría una serie de permisos y licencias especiales. El acuerdo de sede de la ONU obliga a EE. UU. a facilitar el ingreso de representantes, pero esto choca con sus leyes de sanciones. Sería necesaria una licencia específica de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) para autorizar el transporte y los servicios asociados al viaje. Sin esta autorización, cualquier aerolínea comercial tendría bloqueada la venta de un tiquete al mandatario, y el uso del avión presidencial enfrentaría riesgos de ser retenido o privado de combustible. La materialización de este viaje en enero dependerá de una delicada negociación diplomática y se ha convertido en un símbolo de la tensa relación actual entre Bogotá y Washington.











