El abogado de Uribe, Jaime Granados, calificó la decisión del Tribunal como “valiente” y una “obra de arte de la jurisprudencia”, pero reconoció que “el caso no ha terminado”. Por su parte, el senador Cepeda, principal contraparte de Uribe en el proceso, afirmó que, aunque respeta la decisión, acudirá a la casación y no descarta llegar a instancias internacionales como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos si no encuentra justicia en Colombia. Paradójicamente, el caso regresa a la Corte Suprema, donde se originó antes de que Uribe renunciara a su curul de senador.