Esta fecha límite funciona como el primer gran filtro en un campo de más de cien aspirantes, separando a aquellos con la capacidad logística y el respaldo ciudadano para continuar en la carrera. El éxito en esta etapa no solo define la viabilidad de las candidaturas, sino que también comienza a delinear posibles alianzas y coaliciones de cara a las consultas interpartidistas de marzo de 2026, reconfigurando el panorama político antes de la primera vuelta presidencial.