El proyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2026 se encuentra en una etapa crítica en el Congreso, a pocos días de la fecha límite para su aprobación. La discusión está marcada por la tensión entre el Gobierno y la oposición, que cuestiona un presunto desfinanciamiento y un elevado nivel de gasto, alimentando la sospecha de que el presidente Petro podría buscar expedir el presupuesto por decreto si no logra un acuerdo en el legislativo. El debate sobre el PGN ha sido un punto central en la agenda política. El sector energético, por ejemplo, enfrenta una situación crítica que se refleja en el presupuesto.
Según el analista Amylkar Acosta, la partida de subsidios para los estratos 1, 2 y 3 en la vigencia actual está desfinanciada en 3,6 billones de pesos, y para 2026, de los 8,9 billones requeridos, solo se aforaron 7,5 billones. Esta situación financiera es uno de los temas que serán abordados en la cumbre de la oposición del 15 de octubre, donde los partidos Centro Democrático y Cambio Radical definirán una postura unificada. La falta de consenso y la retirada de congresistas oficialistas de las discusiones han generado un ambiente de incertidumbre sobre el futuro de una de las leyes más importantes para el funcionamiento del Estado, dejando abierta la posibilidad de un enfrentamiento institucional si no se logra su aprobación en los plazos establecidos.
En resumenEl Presupuesto General de la Nación para 2026 enfrenta un trámite legislativo complejo y un plazo de aprobación inminente. Las preocupaciones por el desfinanciamiento en sectores clave como los subsidios energéticos y la falta de consenso político aumentan la posibilidad de que el Gobierno opte por expedirlo por decreto, agudizando la tensión con el Congreso.