El debate ha estado marcado por una fuerte tensión política.

La oposición ha calificado el monto de “inflado” e “irresponsable”, presentando proposiciones para reducirlo hasta en $39,5 billones, con el objetivo de evitar la aprobación de nuevos impuestos. El representante Wilmer Castellanos, presidente de la Comisión Tercera de la Cámara, argumentó que la reducción es necesaria debido a la “incertidumbre” sobre las fuentes de financiación. Ante la presión, el Gobierno, a través del ministro de Hacienda, Germán Ávila, propuso un recorte de $10 billones, dejando el PGN en $547 billones y la meta de recaudo de la tributaria en $16,3 billones. Sin embargo, la sesión del 11 de septiembre fue levantada por falta de quórum en la Comisión Tercera de la Cámara, un hecho que la oposición, en voz de la senadora Angélica Lozano, calificó como una “jugadita del Gobierno para mantenerlo en $557 billones, y para imponerle a la brava y a las malas una tributaria a la gente”. El ministro del Interior, Armando Benedetti, ratificó la postura del Ejecutivo, advirtiendo que un recorte drástico pondría en riesgo “los pagos a los soldados, el tema de las armas, las inversiones sociales”. Si no se logra un acuerdo, el Gobierno podría expedir el presupuesto por decreto, como ocurrió en 2024, un escenario que agudizaría el enfrentamiento con el Legislativo.