La principal preocupación de varios congresistas es la sostenibilidad fiscal del país. La representante Lina Garrido criticó la falta de austeridad del gobierno, afirmando: “No es posible que en un momento en el que tenemos que tener un gobierno austero, el gobierno quiera seguirle metiendo la mano al bolsillo de los colombianos”. En la misma línea, el representante Duvalier Sánchez cuestionó el alto gasto en diplomacia mientras se reducen recursos para entidades como la Defensoría del Pueblo. En contraste, el representante del Pacto Histórico, Alejandro Ocampo, defendió el presupuesto argumentando que la deuda actual es una herencia del gobierno de Iván Duque. La financiación del faltante depende de una nueva y polémica reforma tributaria, lo que añade una capa de complejidad al debate.

Si el Congreso no logra un acuerdo, existe el riesgo de que el presupuesto sea expedido por decreto, un escenario que ya ocurrió el año anterior y que agudiza la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo.