Esta decisión representa un importante respaldo político al exgobernador Carlos Caicedo, líder de dicho movimiento. El nombramiento de Padilla, quien se desempeñaba como secretaria del Interior y es considerada una persona de confianza de Caicedo, resuelve la incertidumbre generada tras la anulación de la elección de Rafael Martínez por doble militancia. La designación se hizo a partir de una terna presentada por Fuerza Ciudadana, lo que fue interpretado como un “espaldarazo” de Petro al caicedismo, a pesar de que figuras del Gobierno como el ministro Armando Benedetti habían sugerido que se podría nombrar a un funcionario externo. El panorama electoral ya comienza a configurarse, con el Pacto Histórico anunciando la candidatura propia de Rafael Emilio Noya García, con el objetivo de “consolidar la presencia del proyecto de cambio real en el Magdalena”. Esta contienda se perfila como un pulso político clave entre el caicedismo, que busca mantener su hegemonía en el departamento, y el petrismo, que intentará afianzar su proyecto en una región estratégica.
