Según el análisis, los mayores costos laborales derivados de los recargos festivos, dominicales y el cambio en la jornada diurna recaerían sobre los empleados, llevando la tasa de desempleo nacional a un 10,4 % en 2025 y hasta un 11 % en 2026. Los sectores más vulnerables serían los servicios profesionales, que podrían perder cerca del 36 % del total de empleos afectados, y el comercio, con más de 56.000 puestos en riesgo. Otros rubros como el agropecuario, la construcción y el de alojamiento y restaurantes también enfrentarían caídas significativas, con pérdidas que superarían los 15.000 empleos en cada caso. El estudio señala que la capacidad de las empresas para absorber estos costos es limitada, lo que podría llevarlas a optar por la automatización y la tecnología como alternativa para reducir el impacto. A pesar de los avances en derechos para los trabajadores, la reforma presenta vacíos, especialmente para las trabajadoras domésticas, cuya formalización sigue siendo un desafío estructural que depende de una política pública de cuidado más robusta y no solo de la imposición de obligaciones a los hogares.
