Ambas víctimas fueron trasladadas al Hospital de Kennedy con graves heridas.

El primer hombre, de aproximadamente 35 años, llegó sin signos vitales debido a un trauma craneoencefálico severo. El segundo, de unos 40 años, falleció en la mañana del 12 de noviembre tras luchar por su vida; presentaba un trauma vascular en el cuello y una esquirla en el cráneo. La versión oficial de la Policía, que catalogó a las víctimas como habitantes de calle, fue rechazada por la familia de uno de ellos. En un comunicado, afirmaron que él “no era un habitante de calle, los ayudaba”, lo que añade una nueva dimensión al caso y exige una investigación más profunda sobre la identidad y las circunstancias de las víctimas. El alcalde Carlos Fernando Galán anunció una investigación para esclarecer cómo el artefacto de uso exclusivo de las Fuerzas Militares llegó a manos de estas personas y las razones de su manipulación.