La joven, descrita por sus allegados como una persona alegre y dedicada a su familia, sufrió un daño neurológico irreversible.
Su hermano menor, Martín Torres de 7 años, también resultó gravemente herido y permanece en coma inducido con pronóstico reservado.
El conductor, quien fue capturado en flagrancia, aceptó los cargos de tentativa de homicidio agravado y lesiones personales dolosas, siendo enviado a un centro carcelario. Tras el deceso de Karol, expertos legales como el abogado Francisco Bernate han señalado que la Fiscalía debe solicitar una nueva audiencia para imputar el delito de homicidio consumado, lo que podría acarrear una pena de hasta 30 años de prisión. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, expresó su repudio al hecho, afirmando que “ninguna familia debería atravesar por una tragedia así, producto de la imprudencia al volante”, y aseguró que el crimen no quedará impune.
La comunidad ha respondido con velatones y un clamor generalizado por justicia y mayores controles para prevenir que conductores ebrios sigan causando tragedias en las vías.













