La familia interpuso varias tutelas y buscó la intervención de la Defensoría del Pueblo. A pesar de que un fallo judicial en febrero de 2025 les dio la razón, la esperanza se desvaneció cuando Maritza falleció antes de que el tratamiento llegara.

En una cruel ironía, los medicamentos fueron entregados 25 días después de su muerte. En una grabación realizada semanas antes de su deceso, Maritza expresó su desesperación: “He tenido una recaída por el no suministro de las medicinas para mi tratamiento”, dijo con la voz entrecortada, consciente de que su vida dependía de esos fármacos. Este caso se suma a las crecientes denuncias y quejas por la falta de entrega oportuna de medicamentos en el país, un problema que afecta a miles de pacientes.