Según la investigación, los sicarios llegaron al establecimiento disfrazados de domiciliarios y dispararon contra las hermanas Correa, quienes departían con otros familiares.
María Victoria, de 75 años, y María Nohelia, de 68, fallecieron en el lugar, mientras que una tercera hermana, de 73 años, resultó gravemente herida. La Fiscalía pudo establecer que Carvajal Burbano condujo una de las motocicletas, mientras que Posso Pretel y Arenas Gómez ingresaron armados al local, siendo este último quien disparó.
La captura de los tres implicados se produjo el 13 de mayo en operativos simultáneos en Prado (Tolima) y Cali (Valle del Cauca). Los condenados aceptaron los cargos de homicidio agravado, homicidio agravado en grado de tentativa y porte ilegal de armas de fuego agravado.
Aunque el móvil del crimen no se especifica en todos los artículos, se investigaba si estuvo motivado por una disputa familiar relacionada con una herencia.
La condena quedó en firme después de que las partes no apelaran la decisión del juez, cerrando un capítulo judicial en un caso que conmocionó al gremio periodístico y a la comunidad antioqueña.












