La tragedia se vio agravada por la congestión vehicular de la ciudad, que impidió que su padre, Ronaldo, pudiera llevarla a tiempo a un centro médico para recibir atención de urgencia. El accidente ocurrió mientras la menor saltaba en su cama con el fríjol en la boca.
Según el padre, “como que se cayó y se le quedó atorado.
Ahí ya no podía respirar, ya estaba convulsionando”.
Cámaras de seguridad captaron los momentos de desesperación del padre, quien con la niña inconsciente en brazos buscó ayuda primero en una droguería y luego en un vehículo particular.
Sin embargo, el tráfico le impidió avanzar.
“Un señor en carro me dijo que me montara, que me iba a llevar, pero no podía salir del trancón.
Entonces me bajé y corrí hasta la vía principal a buscar una moto”, relató.
A pesar de los esfuerzos, cuando finalmente lograron llegar a la Clínica del Occidente, la niña ya no presentaba signos vitales y los intentos de reanimación del personal médico fueron infructuosos. Este lamentable suceso ha generado conmoción y ha puesto de relieve cómo problemas estructurales de la ciudad, como la movilidad, pueden tener consecuencias fatales en situaciones de emergencia médica, donde cada segundo es crucial para salvar una vida.












