Entre las víctimas mortales se identificaron al conductor del microbús, Segundo Laurentino Solarte; las docentes Beiby Patricia Garcés y Adiela Arias; el agricultor Olmedo Arias y una pasajera llamada Sulcari Moncayo.

Los heridos, cuyo número se estima entre seis y ocho, fueron trasladados a centros asistenciales en Tumaco y Pasto.

La comunidad de La Espriella fue la primera en responder, auxiliando a los atrapados antes de la llegada de los organismos de socorro. Las hipótesis preliminares de las autoridades apuntan a un posible exceso de velocidad o invasión de carril en un tramo recto de la vía, conocido por su alta accidentalidad. Un sobreviviente relató que el bus habría perdido los frenos en una curva, lo que provocó que se dirigiera hacia un abismo antes de la colisión, y que el vehículo comenzó a incendiarse tras el impacto.