Según los informes, Marrugo Castro, oriundo de Arjona, Bolívar, fingió estar enfermo para conseguir la autorización de sus superiores.
Su madre le había suplicado que no asistiera a las corralejas debido a los peligros inherentes a esta práctica.
Desoyendo las advertencias, el joven acudió al evento taurino el pasado miércoles 8 de octubre.
Durante la celebración, mientras participaba en el ruedo, fue corneado en dos ocasiones por un toro, sufriendo graves heridas en la cabeza y una pierna que le causaron la muerte de manera casi instantánea. El evento taurino en Sabanalarga dejó un saldo total de 66 personas heridas y dos fallecidos, incluido el soldado.
Este lamentable hecho ha reavivado el debate sobre la seguridad en las corralejas, una tradición cultural profundamente arraigada en la costa Caribe pero constantemente cuestionada por su alto riesgo para los participantes. La muerte del joven soldado no solo enluta a su familia y a la institución militar, sino que también deja una dolorosa lección sobre las consecuencias de decisiones imprudentes y el peligro de estas festividades.












