Dentro de la estructura, escaló desde guerrillero raso hasta convertirse en el máximo jefe, controlando las rentas ilícitas del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión.
Su área de influencia se extendía por veredas de Timbiquí y Guapi, donde además ordenaba el reclutamiento de menores. Las autoridades lo responsabilizan de múltiples acciones violentas, incluyendo el asesinato del líder social Domingo Mancilla Cundumil en marzo de 2022 y ataques contra la Fuerza Pública en Nariño y Cauca entre 2023 y 2025.
Sobre él pesaba una orden de captura por los delitos de desaparición forzada, desplazamiento forzado y concierto para delinquir. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificó la operación como "un golpe al mando, las finanzas y la capacidad de expansión criminal" del grupo disidente, y afirmó que estas acciones contribuyen a mejorar las condiciones de seguridad en la región. Las autoridades destacaron que su neutralización afecta significativamente las fuentes de financiación del grupo y ayuda a prevenir el reclutamiento de menores en la costa Pacífica.












