La violencia en el departamento del Cauca cobró dos nuevas vidas con el asesinato del líder social, abogado y excandidato al Concejo Municipal de Totoró, Willer Gallego Mazabuel, y su hijo adolescente, Daniel Gallego Jaramillo. El doble homicidio ocurrió en medio de combates entre el Ejército Nacional y grupos armados ilegales, evidenciando la extrema vulnerabilidad de la población civil en la región. Los hechos se registraron en la vereda El Diviso, dentro del resguardo indígena de Paniquitá, en la mañana del jueves. Según testigos, padre e hijo se dirigían hacia su predio cuando fueron interceptados por hombres armados que les dispararon, causándoles la muerte en el lugar.
La zona ha sido escenario de enfrentamientos entre tropas del Ejército, integrantes del ELN y disidencias de las Farc, lo que ha generado confinamiento de familias y la suspensión de actividades escolares.
Además del doble homicidio, se reportó que dos comuneros indígenas resultaron heridos y fueron trasladados a un centro médico en Popayán.
El alcalde de Totoró, Jorge Luis Pizo Andela, lamentó profundamente lo ocurrido y expresó su consternación.
"Se trata de personas trabajadoras que quedaron en medio de una situación que no les correspondía. Pedimos a los actores armados y a la Fuerza Pública que respeten la vida de la población civil", declaró el mandatario. Tanto la Alcaldía como las autoridades indígenas y el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) condenaron el crimen y denunciaron el grave riesgo que enfrentan las comunidades por la presencia permanente de actores armados, exigiendo respeto por el Derecho Internacional Humanitario.
En resumenEl asesinato del líder Willer Gallego y su hijo en medio del fuego cruzado en Totoró es un trágico recordatorio del alto costo que paga la población civil en el conflicto armado. Este hecho subraya la urgente necesidad de proteger a las comunidades y líderes sociales en el Cauca, una de las regiones más afectadas por la violencia.